28 de junio de 2015

Glen Murcutt - Discurso de aceptación Premio Pritzker 2002



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"(...) Crecí en Sidney a unos siete kilómetros al norte de la ciudad. El paisaje era típico de la cuenca de piedra arenisca de la costa de Sidney con su abundancia de eucaliptos y otras notables plantas nativas australianas. En este entorno, aprendí sobre la propagación de la flora. Aprendí sobre qué plantas crecen en dónde, y cuáles atraían a las soberbias aves nativas, insectos y animales. Aprendí cómo distintas especias de plantas crecían distinto, muy distinto, en las tierras bajas donde la capa freática era más alta, donde las presiones del viento eran menores, donde los nutrientes eran mayores para el mismo tipo de planta en el tope de la colina la cual era formada por el corte del viento, menos humedad y pocos nutrientes. Esto era acerca del lugar, y era, para mí, extremadamente importante. Aprendí acerca de la fortaleza, la delicadeza, y la transparencia de muchos de los paisajes Australianos, donde la claridad del nivel de la luz separa los elementos, en comparación a gran parte de Europa donde el nivel de la luz sirve para conectar esos elementos en el paisaje. Esto me dio un más claro entendimiento de la legibilidad de elementos, de estructura y delicadeza dentro del paisaje Australiano que ha informado mi trabajo.
(...) 
Esto tuvo una enorme influencia en mí. 
(...)
Durante la universidad, reprobé la materia Asoleamiento y Sombra. Tuve que repetir esta materia. Reconozco que este posiblemente haya sido un punto de quiebre para mí en el entendimiento de la importancia y la dirección que posiblemente haya tenido en la formación de mi futuro pensamiento. El fracaso presenta esas grandes oportunidades, no es una de esas cosas donde pones tu cola entre las patas y corres. El fracaso es una asombrosa experiencia de aprendizaje.(...)
Coderch dijo que a la edad de 62, “con cada nuevo proyecto, estoy muy nervioso”. Y me di cuenta desde entonces que el nerviosismo es un ingrediente esencial con cada proyecto nuevo, de otra manera, el trabajo de uno pierde su innovación. Él dijo, “También le digo a mis estudiantes, debes poner en tu trabajo primero esfuerzo,segundamente amor, y finalmente, y muy Católico, sufrimiento. Y aunque el trabajo no sea grandioso, va a mostrar esmero y dedicación”.
Siempre he creído en el acto de descubrimiento en vez de la creatividad. Cualquier trabajo que existe, o que tiene el potencial de existir está relacionado al descubrimiento. No creamos el trabajo. Creo que nosotros, de hecho, somos descubridores. Veo la arquitectura como un camino de descubrimiento y eso es muy importante para mí. He aprendido a través de la observación más que a través de textos. Incluso este discurso de aceptación ha sido un desafío terrible en armar.(...)"


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